
Sala Upload fue una máquina del tiempo directa a mediados de los 70. Dead Boys no vinieron a Barcelona a dar un show nostálgico, sino a demostrar que el punk, cuando es real, sigue siendo una fuerza imparable. Lo que vivimos anoche fue caos, energía desbordada y una entrega absoluta, con una banda que lo dejó todo en el escenario, hasta el punto de la autodestrucción.
Desde el primer segundo, la intensidad fue total. Arrancaron a todo gas con “Sonic Reducer”, y el pogo estalló al instante. Sin respiro, encadenaron “All This and More” y mas tarde arribó “What Love Is”, puro punk sucio y afilado, sin concesiones. Y mas tarde llegaron otros clásicos como «Detention Home». Pero más allá de la música, el espectáculo visual fue una locura. La noche del 5 de febrero de 2025 quedará por siempre en nuestra memoria.

Cheetah Chrome no es solo un guitarrista de punk, es EL GUITARRISTA del género, algo que ya decían los fanáticos antes y durante el show. Lo que toca, cómo lo toca, su forma de meter solos afilados y riffs incendiarios sin perder melodía dentro del caos, es simplemente único. Cada solo fue un puñetazo en la cara y un recordatorio de por qué nadie en el punk suena como él. No es ruido, es arte en su versión más sucia y peligrosa.

Por otro lado, Mark Thorn hizo de todo menos quedarse quieto. Prácticamente se arrojó al público, se acostaba en los retornos, se retorcía, le daba besos apasionados al micrófono y parecía poseído por el espíritu más salvaje del punk. Su presencia era magnética, como si canalizara toda la rabia y actitud de una generación que nunca pidió permiso.

Si alguien se robó el protagonismo anoche, fue el bajista Sam, un espectáculo aparte con su energía inagotable y una conexión brutal con el público. No solo tocó con una precisión aplastante, sino que su entrega era hipnótica. Se movía sin parar, se acercaba a la gente, miraba directo a los ojos a los de la primera fila y parecía estar en una especie de trance eléctrico. Verlo tocar fue un placer absoluto, Punk en estado puro.

El Caos de “Ain’t It Fun” y un Final Explosivo
La tensión dentro de la banda fue otro ingrediente clave de la noche. Entre temas se notaban enojos por algunas entradas a destiempo, como si en cualquier momento fuese a liarse. El momento más salvaje llegó con “Ain’t It Fun”, cuando Cheetah Chrome, visiblemente molesto, tiró la guitarra en un soporte y abandonó el escenario. Un silencio incómodo recorrió la sala. Pero, porque esto es punk y no teatro, minutos después volvió como si nada hubiera pasado y siguieron tocando, sin disculpas, sin explicaciones. Como nos mencionó Sam después de felicitarlo por el Show: «This is Punk rock , man«.
Y la peña… la peña estaba fuera de sí. Al salir, preguntamos a los asistentes y todos estaban alucinados, sobreexcitados, con los ojos brillantes y una sonrisa de locura en la cara. Nadie podía creer lo que acababan de ver. El suelo del escenario quedó empapado en sudor, la pista de la sala apestaba a cerveza y era un patinazo constante. Un auténtico show de los 70 en pleno 2025.
Si te lo perdiste, lamentamos informarte que acabas de perderte uno de los conciertos más auténticos, salvajes y reales del año.
Porque esto, amigos, esto sí fue punk.
Si te lo perdiste, mala suerte y si estuviste ahí, aún debes estar sintiendo el estruendo en el pecho.
Y si crees que esto es exagerado, es porque nunca viste a una banda reventar un escenario con rabia real. Eso, amigos, es punk.
Mariana XoXo
Reseña Final

Sonido
Puro punk sin filtros. Cheetah Chrome destrozó con riffs y solos afilados, reafirmando su estatus de leyenda. El bajo de Sam retumbó con una potencia brutal. El sonido de la Sala Upload excelente.
Sala
La Sala Upload se transformó en un club punk de los 70. El escenario empapado en sudor, la pista oliendo a cerveza y resbaladiza; el ambiente perfecto para una noche de puro descontrol.
Lista de temas
Arrancaron con “Sonic Reducer” y la sala explotó. “All This and More” y “What Love Is” encendieron aún más la locura. El punto de quiebre llegó con “Ain’t It Fun”, cuando Cheetah Chrome abandonó el escenario, solo para volver minutos después y seguir destrozando.
Conexión con el público
Sam fue un show aparte, moviéndose sin parar y conectando con cada mirada en la primera fila. Mark Thorn se entregó por completo, lanzándose al público, acostándose en los retornos y retorciéndose sobre el escenario.
Energía general
Puro caos y entrega absoluta. Al salir, la gente estaba exaltada, en shock, sin creer lo que acababan de ver. Punk real, sin guiones ni filtros.
Fotografías: Mariana Gómez T IG @MgzMagCulturaVisual y IG @mgzlab
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«Young, Loud and Snotty» – Dead Boys (1977),
Un álbum que encapsula la energía bruta y la actitud desafiante del punk estadounidense de los 70. mantiene un sonido sucio, ruidoso y lleno de actitud, en sintonía con la escena de CBGB, donde los Dead Boys se convirtieron en una banda de culto.

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