
La irrupción de DeepSeek en el panorama de la inteligencia artificial marca un punto de inflexión en la «Guerra de las IA», la feroz competencia entre grandes empresas y potencias por el dominio tecnológico. Esta rivalidad ha evolucionado desde la Guerra Fría (1947-1991), pasando por la Guerra de los Datos (2010-presente), hasta la actual lucha por el desarrollo de IA más avanzadas, económicas y eficientes.
A diferencia de modelos como GPT-4 (OpenAI) o Gemini (Google), DeepSeek apuesta por una plataforma gratuita y de código abierto, desafiando el modelo de negocio de las grandes tecnológicas. Esto ha generado incertidumbre en los mercados, cuestionando la necesidad de las costosas infraestructuras de IA en las que gigantes como OpenAI y Nvidia han invertido miles de millones. Es paradójico que algo que se autodenomina como «Open» tenga costo para implementar y utilizar las ultimas versiones, es decir de abierto no tiene nada y con esto viene a romper DeepSeek.
El impacto fue inmediato: Nvidia perdió 589.000 millones de dólares en un solo día, marcando la mayor destrucción de valor en la historia de la bolsa. Este desplome refleja una reevaluación del mercado sobre la viabilidad de inversiones masivas en hardware para IA.
Sin embargo, DeepSeek no está exento de controversia. Según reportes, el modelo se autocensura en temas sensibles para el gobierno chino, lo que podría limitar su adopción en Occidente, donde la transparencia en la IA es clave.
Este evento intensifica la competencia tecnológica entre EE.UU. y China y podría dar paso a una «Guerra de la Superinteligencia», donde la lucha ya no será solo por la innovación, sino por el control de IA capaces de evolucionar más allá de la inteligencia humana.
N.R. La imagen de portada ha sido generada intencionalmente con IA 🙂