
Sala Apolo se transformó en un templo del trap. El público, abarrotado hasta el último rincón, vitoreaba un mantra que se repetía en loop: “he he he he”. En la penumbra del backstage, Neo Pistea arrodillado, en trance, concentraba la energía como quien prepara la bala perfecta, sí: una bala de plata. Cuando su voz en off soltó: “Barcelona, buenas noches”, se escuchó el primer disparo de lo que serían 28 impactos sin tregua.
La ceremonia del culto
No hubo tregua desde el inicio. Intro + 123 abrió la contienda y luego vino Pacto, donde el público directamente tapó la voz de Neo, cantando cada barra. Entre explosión y explosión, el artista devolvía amor puro:
“Los amo, los amo de verdad eh, los amo Barcelona y lo saben”.
Las ovaciones lo atravesaban, y sus gestos de emoción confirmaban que aquello era más que un concierto: era un culto compartido.

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Con Sin Dormir, Neo alternaba fraseos con pasos de baile que daban a la puesta un color escénico total. Canadá lo encontró otra vez desbordado de conexión: la gente arrancó a cantar antes de que el beat sonara. Saltos, pogos improvisados, el piso de la Apolo ondulando como una ola.
Luna sumó un ida y vuelta a capella con el público. Y en No Soy Sapo se vino el manifiesto: “Qué bueno saber que en este público no hay sapos”. Lo gritó envuelto en una bandera de Cataluña, que dejó sobre los parlantes antes de desatar la locura. Épico.
Equilibrio, intimidad y control total
Cuiqui sirvió como punto medio, un breve descenso de intensidad que nunca dejó de ser pogo. En Rico, Neo sorprendió poniéndose un patito de hule en la cabeza mientras equilibraba y rapeaba. Le tiraban móviles, se sacaba fotos y los devolvía; bailaba, se abrazaba con algunos fans, les daba la mano. Control total de todo lo que ocurría.
Gota mostró su faceta más íntima: sin bailar en exceso, clavado al frente del escenario, cantando desde lo más profundo. Un silencio reverencial que se rompía en gritos. Con Medusa el público volvió a cubrir su voz, incluso cuando un problema técnico con los in-ear lo dejó a ciegas por unos minutos. No importó: Wow siguió como si nada, con artista y público fundidos en una misma voz.
Y entonces llegó Messi. Neo frenó el show y dijo:
“Ey pará amigo, quiero mandar un saludo aunque sé que seguro ni lo va a escuchar.
Quiero un aplauso para Messi amigo, que va a jugar el último partido hoy, hoy eh, hoy es el último partido que juega con la selección en Argentina.
Te mando un beso Lio, te amo. Muchas gracias Lio, gracias por tanto, te amamos wacho”.
El Apolo retumbó: “Messi, Messi, Messi…”. Un Camp Nou paralelo. El rapeo punzante de Neo con su pie sobre el retorno durante la canción fue pura demostración de flow.

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Hambre y manifiesto de vida
Los impactos siguieron: Go, Kenny junto a Cyril Kamer (respeto máximo entre ambos), y después Escorts. Pero el punto de quiebre llegó en la intro de Hambre. Neo abrió su corazón al público:
«Esto es un sueño histórico, esto es un show impresionante, esto es tan importante para mí. Hoy comienza el Culto Tour, el sueño de mi vida de poder llevar mi música, mi trap del barrio a todo el mundo».
«Esto es muy importante y inicia acá en Barcelona, es la primer fecha, corta la bocha amigo».
Agradeció al público, se reivindicó sin playback y disparó:
“Nos sacrificamos una banda, fuimos todo, fuimos todo lo que tuvimos que ser para estar acá y fuimos todo wacho. El aplauso para ustedes, y gracias por ustedes, y gracias a ustedes… que hacen que estemos acá”.
Y remató:
“Ustedes me cumplieron el sueño amigo, así que esto es para ustedes. Rapeamos, cantamos, transpiramos, saltamos y hacemos todo hasta el final cada barra, cada línea wacho… no playback hijo de puta.
y desafió al público: ¿Saltan conmigo qué? ¿Saltan conmigo o qué? 1, 2, 1, 2, 3… ¡va!”.
El delirio fue total.
PH Mariana Gomez Torres IG @mgzmagculturavisual , IG @MgzLab
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El lado humano del disparo
En Pinifarina agradeció a su padre, presente en la sala quien estaba cumpliendo su sueño de conocer Europa y especialmente Barcelona. En los intervalos regalaba botellas de agua al público con la frase: “Compartan eh, compartan con la gente ey”. Detalles pequeños que hablan de grandeza.
Ya en el tramo decisivo, Neo agradeció:
“Yo sé que cantaron y saltaron conmigo todo el show, y están cansados y están cansadas… pero preguntan quieren contin…”.
El público lo interrumpió con un grito atronador, y él sonrió: “Ustedes sí que son trap eh”.
También se tomó un momento para reconocer a su equipo: “Un aplauso para Class» en clara referencia a la ejecución de las pistas, que, demás está decirlo, eran una muralla de sonido.
La ráfaga final
Con Ocaso el público enloqueció. Y antes de Bésame Remix, Neo lanzó:
“Como la pasaron hoy, esto es el Culto Tour 2025 wacho, antes que me vaya se van a sacar una foto conmigo o qué? ¡Lánzelo Class!”.
Luego llegó Quavo, con un aviso: “Vamos a darle TRAP al continente”. La Sala Apolo ardía.
Trap n Export reafirmó lo dicho: Neo no solo representa el trap, es pionero, maestro y profeta del género.
El último disparo fue Tumbando el Club.
“Gracias Barcelona, los amo, los amo, nos vemos en la próxima”.
El sonido de la ametralladora cerró la ceremonia: 28 impactos, todos certeros.
La trastienda del culto
Desde MgzMag pudimos acompañar no solo el durante, sino también el backstage y el post show. Compartimos con Neo una sesión íntima de fotos donde se mostró con la misma sencillez y humildad que en el escenario. Humildad desarmante en un artista masivo.
Nota editorial de la redacción MgzMag.
Setlist Neo Pistea – Sala Apolo Barcelona – 4 de Septiembre 2025
- Intro + 123
- Pacto
- Sin Dormir
- Canadá
- Luna
- Rico
- Polis
- Partner
- No Soy Sapo
- Cuiqui
- Gota
- Intro + Criminal
- Medusa
- Wow
- Messi
- Go
- Kenny (con Cyril Kamer)
- Escorts
- Hambre
- Culos
- Starboys
- Pinifarina Remix
- Teca Remix
- Ocaso
- Bésame Remix
- Quavo
- Trap n Export
- Tumbando el Club
Para Escuchar


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