
Jared Leto apareció en el escenario como quien toma posesión de un territorio que ya le pertenece. No necesitó anunciarse: su sola presencia hizo que el público estallara. Cuando arrancó Kings and Queens, ya estaba gritando “¡Pongan sus manos en alto!” en un castellano firme y eléctrico. Y en pleno estribillo, sin previo aviso, agarró su lanzallamas personal y lo disparó hacia el cielo, como si hiciera falta más fuego del que ya brotaba del público. Así comenzó el show de 30 Seconds to Mars en la tercera jornada del Cruïlla 2025: con una puesta en escena feroz, un sonido aplastante y Jared en modo total, dueño de cada rincón del escenario, derrochando voz, entrega y magnetismo.
Lo que vino después fue una avalancha visual y sonora sin tregua. El directo de 30 Seconds to Mars fue un despliegue absoluto de potencia, fuego y participación constante. Leto no dejó de moverse, de conectar, de exigir al público como si fuera parte del montaje. Su voz se mantuvo intacta en todo momento, incluso en medio de carreras y saltos. Shannon Leto en la batería fue pura contundencia: preciso, crudo y con una base que parecía diseñada para sacudir el suelo. A su lado, Stevie Aiello completó la fórmula con una guitarra incendiaria, entrando y saliendo de escena con una energía que alimentaba el vértigo general. Una banda que no improvisó nada, pero lo hizo parecer espontáneo.
Uno, dos, tres: todos a saltar
Up in the Air fue una descarga directa. Jared no soltó el ritmo: “¡Uno, dos, tres!”, gritaba mientras el público reventaba en saltos. En Walk on Water y Rescue Me, la escena se convirtió en una coreografía colectiva. En este último, invitó a unos cinco fans al escenario. Todos dijeron de dónde venían, pero el aplauso más fuerte se lo llevó, por supuesto, el de Barcelona. “Make some noise for your town heroes”, dijo Jared, mientras los fans bailaban como si no existiera el suelo.
Life is Beautiful trajo una lluvia de pelotas negras lanzadas desde la base del escenario, que flotaban sobre la pista en medio del caos. The Kill cerró el bloque con una bengala roja en alto, como firma visual de un momento de pura intensidad.

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Lanzallamas, confeti y redobles de guerra
En Hail to the Victor, unas diez máquinas instaladas en el frente del escenario lanzaban fuego con tanta fuerza que el calor se sentía incluso en las primeras filas del público. Jared parecía disfrutar cada estallido. Y el público también.
Con This is War, el ambiente se volvió más épico: redobles militares, sonidos metálicos y el eco del “this is war” coreado por todos, como si estuviéramos en una secuela de Terminator el juicio final. Jared pidió que se movieran las manos de un lado al otro, y desde escopetas montadas se dispararon toneladas de confeti.
La tensión bajó ligeramente con Stay, único momento de respiro. Pero duró poco.
“Barcelona, come on” Subidón y bengalas
En Alibi, Jared soltó un “Are you ready?” y volvió a la carga: “Barcelona, come on, jump jump jump jump”, mientras el público recargaba energías y estallaba en saltos como si acabara de empezar el show. Antes de arrancar, gritó “Make some noise”, y ya durante la canción, lanzó un “Te amo, te amo” con ese acento americanizado que el público recibe como si fuera poesía urbana.
“Quiero ver a la gente saltando hasta el cielo”, exigió. Y lo logró. En Attack, todo volvió a subir, sin margen de respiro. Era puro cuerpo y voz.
From Yesterday arrancó con una petición inesperada:
“Hola, antes de empezar esta canción, necesito que me hagan un favor”, dijo Jared. Y se grabó desde el escenario para enviarle un mensaje a un amigo, mientras pedía silencio al público. Un par de fans le gritaban “¡Te amo!”, y él sonreía, como si ya lo esperara.
Lo tenía todo bajo control.
Linternas, humo y un matrimonio real-time
“She’s a Ghost” fue el momento linterna. Una bengala blanca acompañó el cierre a capella. Puro control estético.
En Stuck lanzó
“El que tenga el teléfono que lo levante y que prenda la linterna, no importa si es un Nokia o un Blackberry, no te juzgaremos por ello”.
Y entonces llegó A Beautiful Lie, con cambio de atuendo incluido. Se sacó la gorra trucker que llevaba al principio y se puso un sombrero tejano blanco. Modo jefe. Comenzó a elegir fans uno por uno: “Sí, sí, tú, come on, yes…”. En pocos minutos, una treintena de personas estaba en el escenario. No quedó claro el criterio, pero fue real. Incluso, alguien le pidió matrimonio a una tal Miranda. Y sí, Jared ofició de maestro de ceremonias. O algo parecido.
Para despedirse, lanzó: “Barcelona, este es el mejor show que hemos hecho”.
Bailó un poco más con los fans en el escenario y salió corriendo por un lateral. Dejó atrás fuego, humo, pelotas, confeti, sudor y una declaración de amor en directo. Lo suyo no fue un concierto. Fue un asalto a los sentidos.
Reseña Final

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Setlist 30 Seconds to Mars – Cruïlla, Barcelona
- A Beautiful Lie
- Kings and Queens
- Up in the Air
- Walk on Water
- Rescue Me
- Life is Beautiful
- The Kill
- Hail to the Victor
- This is War
- Stay
- Alibi
- Attack
- From Yesterday
- She’s a Ghost
- Stuck
PH Mariana Gomez Torres IG @mgzmagculturavisual , IG @MgzLab . Visita nuestras redes para más contenido.
Nota editorial
Los diálogos transcritos reflejan con fidelidad la voluntad y el mensaje del artista, aunque pueden no ser textuales en su totalidad. En MGZMag nos especializamos en crónicas inmersivas, donde recolectamos la mayor cantidad posible de emociones sensoriales, atmósferas y momentos clave para ofrecer una experiencia cercana a estar ahí. Lo mismo ocurre con los setlists: muchas veces no se reciben oficialmente o el artista modifica el orden en vivo, por lo que la reconstrucción se basa en la observación directa y el cruce con registros disponibles.

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