
Desde las entrañas de Baltimore hasta los escenarios más intensos de Europa, Ravagers aterrizan en Barcelona con un show que apunta directo al cuerpo. Entrevistamos a Alex Hagen y Sam Hariss, cantante y bajista respectivamente, para hablar sobre identidad, estética y cómo seguir siendo filosos cuando todo parece estar domesticado. Este domingo en Sala Meteoro, la banda trae su lenguaje propio, hecho de calle, volumen y convicción.
Sam es el bajista de Ravagers, pero lo suyo va mucho más allá de tocar cuerdas. En cada show se convierte en un torbellino: poderoso, físico, explosivo. Su presencia escénica es pura entrega, y su energía no solo se siente, se contagia. Estéticamente afilado, con actitud frontal y cero concesiones, deja todo en el escenario como si cada noche fuera la última.
Por eso lanzamos la primera pregunta desde las raíces del género y la ciudad que lo vio nacer:
MgzMag: Nueva York ha sido la cuna de bandas punk icónicas como Ramones y New York Dolls, y ha visto a otras alcanzar la fama actuando en lugares legendarios como el CBGB. ¿Creés que la ciudad todavía mantiene ese espíritu punk? ¿Cómo influyó en tu desarrollo como músico?
Sam: No y sí. Diría que, en cuanto a mantener el “espíritu punk” que bombeaba sangre en lugares como Max’s Kansas City y CBs, no sabría decir, porque no estuve ahí, pero lo dudo. Los alquileres son simplemente demasiado altos… Estás hablando de una época loca donde una esquina entera de la ciudad estaba esencialmente cercada para músicos, artistas, bichos raros y marginados… y podían mantenerse siendo simplemente eso. ¿Qué podía estar mal?! Quiero decir, era una vida loca, ¡pero hey!, ¡era una opción! No creo que eso realmente exista hoy. Existe a su manera, supongo, si tenés un curro paralelo podés hacerlo, pero no sé si hay muchos Alan Vegas merodeando y comiendo garbanzos en el 2025.
Dicho eso, la ciudad todavía respira, no hay nada como ella en el mundo. Todavía tenés que volver a casa en metro a las 4 de la mañana y todavía necesitás tener la cabeza en su lugar para mantenerte a flote.
Creo que siempre va a haber algo especial en el agua de Nueva York, según mi abuela, es la misma razón por la que la pizza es buena.
Alex Hagen es la voz al frente de Ravagers, y no necesita alzar el volumen para imponer presencia. Su forma de cantar combina la urgencia del punk con una claridad casi quirúrgica, heredada del glam metal. Tiene ese timbre filoso, limpio y vibrante que atraviesa cualquier distorsión, y una intensidad vocal que golpea directo, sin exageraciones.
Con una identidad tan marcada y una entrega tan física, le preguntamos si ese espíritu de confrontación que definía al punk sigue vivo en la escena actual:
MgzMag: Muchos dicen que el punk ya no provoca, que ha sido domesticado. ¿Qué les dirías a quienes piensan que ya no hay nada que romper o cuestionar dentro del género?
Alex: Diría que en cierto modo tienen razón. La imagen y lo que se ha considerado como el sonido han sido diluidos y vendidos a las masas durante décadas, pero la verdad sigue intacta en las bandas que lo hacen porque lo aman y en los shows underground en pequeños clubes alrededor del mundo.
Baltimore como punto de partida (y de explosión)
Desde las entrañas de Baltimore, surge Ravagers, una banda que lleva casi una década desatando una tormenta de punk rock & roll rabioso. Conformada por Alex Hagen (voz/guitarra), Matt Gabs (guitarra/coros), Sam Hariss (bajo/coros) y Ray Peters (batería), su sonido es una mezcla feroz de punk, glam y hard rock, cargado de actitud y energía desbordante. Su último álbum, On The Loose, lanzado en abril de 2025, captura la esencia de su propuesta: canciones que retratan paisajes urbanos oscuros, violencia y supervivencia, todo envuelto en una producción cruda y potente.
Cuando el bajo es una declaración de guerra
Vimos a Sam Hariss por primera vez en directo durante un show de los Dead Boys, y fue imposible no fijarse en él. No solo por su técnica, sino por la actitud con la que hacía del bajo una extensión de su cuerpo. Queríamos saber más: cómo llegó ahí, qué lo formó como músico y qué representa para él tocar con esa intensidad.
MgzMag: ¿Qué te llevó a elegir el bajo como tu instrumento? ¿Hubo algún bajista o banda que te inspiró a tomar esa decisión?
Sam: Bueno, honestamente puedo decir que era bajista antes de tocar uno. O al menos le decía eso a la gente. Sabía que eso era lo mío. Estaba en sexto grado, creo, así que tenía unos 13 años, y probablemente pensaba que tocar el bajo era un atajo para escupir sangre y lanzar fuego. Puedo decir con certeza que el primer bajista que me llamó la atención fue Dennis Dunaway (Alice Cooper). Dave Alexander (The Stooges), también, era un tipo muy de sentir. La primera canción fue Under The Boardwalk.
MgzMag: Tu presencia escénica y tu sonido potente rompen con el estereotipo del bajo como instrumento secundario en el punk. ¿Creés que esta percepción está cambiando? ¿Qué representa el bajo para vos dentro de Ravagers?
Sam: Hmm… Bueno, en cuanto a lo que pasa en el escenario… trato de no pensarlo. Simplemente subo ahí y pasa lo que pasa.
En cuanto a lo que representa el bajo en Ravagers; dicho claramente, es un trabajo que no me tomo a la ligera. Solía pinchar sus canciones cuando era DJ, era fan. Mi tema favorito para poner era Just Another Rat, así que cuando llegó el momento de elegir una canción para una especie de audición improvisada, esa fue la que elegí.
Recuerdo sentarme en la cama para aprenderla, enchufar unos auriculares y reírme solo: “¿Estás jodiendo, en serio?” Hay mucho ahí dentro. Curt, mi predecesor, creó algunas partes realmente geniales e interesantes. Me ayudó a desarrollar músculos que no sabía que tenía. Creo que todo lo que compuse desde que me uní lo hice con la mentalidad de estar construyendo sobre algo que respeto.

Anécdota con Dead Boys y aprender 15 canciones en un día
MgzMag: Salir de gira con una banda legendaria como Dead Boys debe haber sido una experiencia única. ¿Podés compartir algún momento especialmente emotivo o divertido que hayas vivido con ellos en la carretera?
Sam: Bueno, la forma en que me conecté con ellos fue bastante surrealista. Estaba en Los Ángeles quedándome con un amigo, Danny Nordahl, que solía tocar el bajo para Stiv. Él conocía a Cheetah de los viejos tiempos y yo lo conocía de cruzármelo por Nueva York. Dead Boys estaban tocando en un teatro muy lindo en el centro (no tengo idea si era en el centro) con un montón de otras bandas. Slaughter and the Dogs y The Riffs (con un joven guitarrista llamado Alex Hagen) también estaban en el cartel. Así que llegamos al show para encontrarnos con Cheetah y compañía para tomar algo, y por supuesto, nadie tenía el móvil encendido. Una rutina que ahora conozco bien.
En ese momento, Danny se da cuenta de que el lugar no tiene Budweiser. Y como seguramente sabés, eso no va a funcionar, así que salimos a buscar un bar más acorde a sus estándares… Es en ese bar donde nos encontramos con mi viejo amigo y entonces cantante principal, Jake Hout, que estaba en una misión similar. Charlamos un poco, y eso fue todo. Nada del otro mundo.
Dos semanas después recibo una llamada, Jake: “Sam, soy Jake, ¿podés aprender 15 canciones en un día?” Yo: “Absolutamente, ¿por qué?” (En realidad, no puedo, pero la respuesta a esa pregunta nunca debe ser ‘no’). Jake: “¿Podés estar mañana en Rhode Island?” Yo: “Absolutamente, ¿por qué?” (Soy medio lento por las mañanas). En fin, así fue como pasó.Aparte de eso, bastante tranquilo en realidad. Cheetah ha estado muy metido con su trabajo de caridad y estamos en una liga de básquet dos contra dos para mantenernos en forma entre giras. Cheetah tiene talento.
Estética y distorsión: el ADN visual de Ravagers
Los flyers de Ravagers son imposibles de ignorar: tienen esa estética cruda, callejera, que remite a ciudades sucias y gloriosas de los 70 y 80. Colores deslavados, tipografías urgentes, fotos que parecen salidas de un zine fotocopiado en una esquina. Impactan porque huelen a ciudad, a cemento y a subte, muy en la línea de cómo se promocionan muchas bandas en Barcelona, pero con una identidad visual punk que no imita: vibra en su propio código.
MgzMag: Desde los flyers hasta las portadas de los discos, está claro que Ravagers le presta atención a lo visual. ¿Qué tan importante es la estética en su universo artístico y cómo se conecta con su música?
Alex: Amamos el arte visual tanto como amamos la música. Las portadas de discos y los carteles de shows fueron algunas de las cosas que nos atrajeron a la música desde chicos, así que creemos que tener una imagen es tan importante como tener un sonido.

Influencias que rugen más allá del punk
Muchas veces las bandas no se definen solo por el género que tocan, sino por todo lo que escuchan fuera de él. Hay influencias que no suenan como lo que hacen, pero están ahí: en la actitud, en la forma de pensar las canciones, en la puesta en escena o en la manera de mirar al público. Queríamos saber qué nombres, fuera del punk, ayudaron a moldear el universo de Ravagers más allá del ruido y la distorsión.
MgzMag: ¿Qué discos o artistas fuera del punk han moldeado su estética o filosofía como banda?
Alex: Probablemente estamos más influenciados por otros géneros a esta altura. Me encanta el rap de los 90 como The Geto Boys y Public Enemy. También amamos a Kiss, Lords of the New Church y Motörhead.
MgzMag: Si tuvieras que salir de casa a las apuradas para un viaje y solo pudieras llevar cinco discos, ¿cuáles serían y por qué son esenciales para vos?
Se ríe y agrega:
Lamentablemente salir apurado es la única forma en que alguna vez salí de casa… Quiero dejar claro que esta es mi respuesta del 8 de mayo a las 17:23, cambiaría si la respondiera mañana. Así que, como estos no son necesariamente mis discos favoritos, sino los que están sonando ahora mismo en mis auriculares, acá va:
- En la furgoneta suelo escuchar bastante música que es lo opuesto a la que estoy tocando. Me ayuda a no aburrirme. En esa línea, empezaría por Steve Earle – Live From Austin TX ’86 y la banda sonora de Heartworn Highways. El disco de Steve porque el setlist combina mis dos discos favoritos de él, Guitar Town (1986) y Exit 0(1987). Heartworn Highways es un documental filmado a mediados de los 70 sobre algunos de los fundadores del Outlaw Country: Townes Van Zandt, Guy Clark, Rodney Crowell, entre otros. No es muy diferente a The Decline Of Western Civilization. Es música perfecta para conducir y, en cuanto a composición, no hay mucho mejor.
- Supongo que si quisieras mantenerlo country pero al mismo tiempo acercarte a algo con más volumen, podrías incluir The Black Lips – Sing In A World That’s Falling Apart (2020). Lo escuché por primera vez durante el covid y nunca deja de gustarme.
- Estamos tocando el tema de Slaughter & The Dogs, Victim Of The Vampire, en esta gira… Hablamos de una banda con líneas de bajo geniales. Me llevaría Slaughter & The Dogs – Do It Dog Style (1978).
- Para el quinto álbum, elegiría uno que me volvió a entusiasmar porque nuestra tour manager/conductora/pateatraseros Gwinny también lo ama: El disco homónimo de The Fallen Angels de 1984. Es Knox, de The Vibrators, con Nasty Suicide, Sami Yaffa y Razzle de Hanoi Rocks. Con apariciones de Andy McCoy y Michael Monroe.
La producción es cruda y las canciones son filosas y feroces. Cómo nadie en Breaking Bad HQ pensó en usar Amphetamine Blue en un episodio es un misterio que ni Mel puede resolver.
¿Sigue vivo el punk?
MgzMag: El punk siempre ha sido más que un sonido: es una actitud, una forma de vida, una manera de gritarle al mundo. ¿Qué creés que mantiene al punk vigente hoy? ¿Dónde sentís que todavía vive ese espíritu rebelde en la escena actual?
Alex: El punk es más relevante hoy que nunca. La gente está estresada al límite en este momento y busca desesperadamente una salida a sus problemas diarios. El punk, o cualquier estilo de música, puede ser una vía de escape y también puede usarse para unir a las personas en causas más grandes.
MgzMag: Si el mundo se fuera al infierno mañana y solo quedara una canción de Ravagers flotando en el aire… ¿cuál elegirías como legado?
Alex: Probablemente Shake the Reaper. O No Tomorrow No Problem del nuevo disco sería apropiada.
Nos gusta cerrar siempre con esta pregunta. Porque a veces, las mejores definiciones de una banda no vienen desde lo técnico, sino desde lo visceral. Queríamos saber cómo describen su sonido cuando no pueden esconderse detrás de palabras musicales. Cuando solo queda la imagen, la sensación y el instinto.
MgzMag: Si tuvieras que describir el sonido de Ravagers sin usar términos musicales como “riff”, “bajo” o “distorsión”, ¿cómo lo pondrías en palabras?
Alex: El sonido de Ravagers se podría describir como una motosierra peleando contra perros salvajes a través del parabrisas de un coche patrulla en llamas en un cementerio.
Este domingo los vamos a ver en vivo en Sala Meteoro, y algo nos dice que no será un show más. Porque pocas bandas logran sostener esa mezcla de energía real, estética afilada y cero filtro. No vienen a reinventar nada, pero tampoco a repetir fórmulas. Vienen a hacer lo que hacen mejor: tocar como si se les fuera la vida en ello. Y eso, en estos tiempos, ya es muchísimo.
—Mariana Gómez Torres
Para Escuchar

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