
Rata Blanca volvió a Barcelona con la convicción intacta y una potencia demoledora. Razzmatazz era un hervidero, y todavía faltaban treinta minutos para el primer acorde. El olé olé olé escalaba desde todos los rincones, y se respiraba lo mismo: devoción y euforia, la antesala perfecta para una entrega total. Afuera, los rezagados corrían con la entrada en la mano, como si algo se estuviera por escapar. Adentro, la espera era puro ritual: los brazos en alto, silbidos, banderas desplegadas, y un grito colectivo que pedía una sola cosa… Fuego.
Todo el poder, desde el primer golpe
El arranque fue sin anestesia: «Hijos de la Tempestad», «Diario de una Sombra», «Solo para Amarte». Tres temas en bloque, sin respiro. Un arranque impresionante, con la pantalla gigante proyectando fuego, llamas y rayos que envolvían el escenario como una advertencia: acá no se viene a mirar, se viene a arder. Desde el primer segundo, todo fue impacto.Y la primera arenga de Adrián Barilari:
“Bona nit, Catalunya. ¡Para eso venimos, para darles rock and roll!”
Y después, con una sonrisa filosa:
“No se escucha mi voz… ahora la van a escuchar.”
La Stratocaster roja, en manos de Walter Giardino, parecía una miniatura. Toca como quien respira, y sin embargo cada fraseo abría una grieta. Hace de la guitarra una extensión de su cuerpo, como si la acariciara al tocar, con ese inconfundible estilo glam que lo define. Mientras tocaba, lanzaba púas al público, su técnico se las reponía al vuelo. Una coreografía secreta, compartida entre risas. Conexion en plena acción.
Banderas de Argentina, Paraguay, Bolivia, México. Españoles llegados de toda la península. Metaleros veteranos con camisetas vintage. Y jóvenes que coreaban cada palabra como si hubieran nacido con ellas. Todos cantaban con la misma entrega. Rata Blanca es una banda con impronta generacional.
Barilari estuvo filoso, vibrante, con ese carisma que no se fabrica ni se fuerza. Pero hubo un detalle técnico: su voz no se escuchaba con el volumen suficiente en los primeros temas. Aun así, los que estaban cerca sentían la potencia directa de su garganta. Cada vez que alejaba el micrófono —como si lo hiciera para no romperlo— su voz se proyectaba sola.
Pura garganta. Puro oficio. Arengó, bromeó con que necesitaba «El Autotune», hizo cantar a la sala entera.

«Volviendo a Casa» fue pura química. El Bajo y Guitarra en diálogo, coros del público, y un momento clave con Juan Pablo en el bajo. Giardino lo invitó con un gesto a tocar juntos, lo codeó en pleno tema. Un pacto sonoro sellado en vivo. Alan Fritzler en la batería no dio respiro. El doble bombo fue un martillo. Junto a ellos, Danilo Moschen en teclados sellaba los espacios sonoros con elegancia.
Giardino sin guitarra: también truena
Tras «La Canción del Guerrero», Walter tomó el micrófono:
“No tenemos nada más que fútbol en Argentina […] tenemos también hay muy buenos músicos y muy buenas bandas de rock, y lo queremos compartir con ustedes, que son parte de todas las ilusiones que tuvimos en nuestra vida.” Aplausos.
Y fuego puro:
“Quizá esto debería haber pasado más seguido […] Y lo más lindo es que se está dando por la música, y nada más que por la música, entre ustedes y nosotros. Que las discográficas se vayan a hacer reguetón […] Dicen que el rock está muerto… ellos están muertos […] Nosotros lo vamos a arreglar […] Por que el Rock es de verdad, esto es verdad. Acá no hay mentira, no hay marketing.”
Y ya mas reflexivo y con un tinte nostálgico:
Cerró con sinceridad:
“Y les quiero dar las gracias por todo el aguante. Para mí fue una gira difícil. Estoy lesionado desde que arrancamos […] pero la estoy disfrutando, y ustedes me están dando todo lo que necesito para seguir. Gracias, muchas gracias. Los amo.”
Lo dijo con la voz quebrada, y el aplauso fue ensordecedor lo cubrió todo. Fue un abrazo colectivo, sin necesidad de palabras.
En otro tramo del show, Giardino bajó el tono y se puso reflexivo:
“Pasaron cosas, pasaron músicos… pero acá estamos, y seguimos rockeando. Esta nueva etapa con Alan y Juan Pablo, estamos felices. Y eso se nota.”
Un reconocimiento honesto al camino recorrido y al presente que los encuentra más vigentes que nunca.
Varias veces, se levantó del taburete para los solos, en lo que claramente representaba un esfuerzo enorme. Cada movimiento, cada paso al frente, era un gesto de entrega. Estaba ahí, tocando como si nada más importara. Todo por su público.
Himnos, fuego y promesa final
«La Otra Cara de la Moneda», «Talismán» y «Rock es Rock» fueron estallidos de técnica y entrega. El teclado sostenía un fondo cálido mientras Barilari hacía cantar a todos. Giardino al finalizar el tema aplaudió pero en realidad se aplaudió a sí mismo con una sonrisa. En «Talismán», cada solo era una ráfaga.

Cerca nuestro, alguien dijo:
“Es que Walter te tira todo el arsenal encima.”
La frase flotó en el aire, tan precisa como el ataque pirotécnico de su guitarra.
En «El Círculo del Fuego», el logo de Rata ardía en pantalla y Adrián alzaba los alaridos como si el fuego le naciera del pecho.
“¡Viva Argentina!”, gritó Adrián, y agregó:
“Acá hay mucha energía. Todos estamos unidos por esta historia que es la música. Lejos de casa, pero cerca de los corazones. Esta es para ustedes.”
Antes de que comenzara «Mujer Amante», el público ya la estaba cantando. Él los miraba en silencio, entre admiración y sorpresa.
Si, Barilari quedó tan impactado que al finalizar el tema agrego:
«Señores este es el mejor regalo que podemos ofrecerles, es para ustedes!»
Un Cover inesperado y un cierre apoteósico
«Ace of Spades» (Cover de Motörhead) con Juan Pablo al frente demostrando la jerarquía de los nuevos miembros de la banda. El detalle previo a empezar fue cuando Barilari bromeó:
“Me va a dejar sin trabajo.” y se retiró del frente de la escena.

«Guerrero» fue épica pura, con puños en alto y un solo que entró como cuchillo exacto.
El éxtasis final llegó con «Rock and Roll Hotel», «Aún Estás en Mis Sueños», y cuando Adrián dijo:
“Gracias, chau Argentina”
…parecía el fin.
Pero entró «La Leyenda», sin aviso. Un cierre con confeti, papelitos, gritos y corazones en alto.
Milésimas antes de la explosión de color, el grito final:
“¡Gracias Barcelona!”
Con el puño en alto.
Le preguntamos a un fan local, que los veía por primera vez, qué le había parecido el concierto.
“Pues para mí estuvieron muy bien. Es un grupo con mucho oficio que no defraudó. El guitarrista, espectacular.”
Rata Blanca puso a flor de piel todas las emociones y llevó a Razzmatazz al punto más alto. En la desconcentración de la sala las caras lo decían todo: sonrisas, fotos, abrazos, corazones agitados. No fue un simple concierto. Fue una noche donde se gritó, se cantó con el alma.
“No sé si fue el volumen, la energía o la historia latiendo en cada riff… pero algo quedó vibrando en el pecho. Lo que pasó en RazzMatazz no fue solo música: fue identidad, fue reencuentro, fue fuego compartido sin intermediarios. Y esas cosas, uno se las lleva puestas.”
Mariana XoXo
PH Mariana Gomez Torres IG @mgzmagculturavisual , IG @MgzLab .
Nota editorial
Los diálogos transcritos reflejan con fidelidad la voluntad y el mensaje del artista, aunque pueden no ser textuales en su totalidad. En MgzMag nos especializamos en crónicas inmersivas, donde recolectamos la mayor cantidad posible de emociones sensoriales, atmósferas y momentos clave para ofrecer una experiencia cercana a estar ahí.
Reseña Final

Sonido
Contundente, nítido, sin barro ni artificio. El doble bombo golpeaba con precisión quirúrgica, el bajo rugía con presencia, y los solos de Giardino cortaban el aire como cuchillas limpias. Lo único que falló al inicio fue el volumen en la voz de Barilari. Pero los que estaban cerca la escuchaban igual, sin micrófono, como una proyección de garganta afilada. Un detalle técnico que no empañó la potencia real.
Banda en escena
No hubo pose. Hubo entrega. Una banda que no actúa: vive lo que toca. Giardino marcando cada cambio con gestos y sonrisas, Barilari vibrante y carismático, Fritzler sin descanso en la batería, Moschen tejiendo atmósferas y Juan Pablo en el bajo como nuevo pulso. Entre ellos se notaba la complicidad, el respeto y un equilibrio perfecto entre potencia y precisión.
Sala y ambiente
Razzmatazz se volvió un templo de fuego. Banderas en alto, pogos moderados pero sentidos, y un olé olé olé que explotaba entre tema y tema. Las luces y el logo ardiente del «Círculo de Fuego» hicieron más que cualquier pantalla LED. No se necesitó escenografía: la mística estaba en la conexión. Fue físico, fue tribal.
Lista de temas
Un recorrido sin fisuras por el universo Rata Blanca. Clásicos inoxidables, himnos esperados, y hasta un homenaje inesperado a Motörhead. Desde “Hijos de la tempestad” hasta “La leyenda del hada y el mago”, pasando por “Talismán”, “Guerrero”, y ese “Mujer Amante” que el público empezó a cantar antes que Barilari. Cada tema tuvo su razón de ser, y su momento para arder.
Conexión con el público
Pocas veces se ve una comunión tan directa. Barilari habló con todos, en varios idiomas y con nombres propios. Giardino agradeció con frases cargadas de verdad y fuego. La gente no solo cantaba: respondía, coreaba, se emocionaba. Algunos lloraban, otros cerraban los ojos. Y todos sabían lo que venían a buscar: intensidad y verdad.
Artista Invitado
No hubo. Y no se extrañaron. El que se robó un momento fue «John Paul», al frente con “Ace of Spades”. Barilari bromeó: “Me va a dejar sin trabajo”. El gesto fue claro: es una banda que se apoya entre sí. El verdadero invitado fue el público, que cantó cada palabra como si las hubiera escrito.
Energía general
No hubo baches. Cada momento estuvo cargado de algo: intensidad, velocidad, peso o emoción. Rata Blanca no deja puntos muertos. Incluso en los descansos, la tensión se sostenía. El bis con “La leyenda” llegó sin aviso, como una última explosión antes de volver a la realidad. Y cuando dijeron “Gracias Barcelona”, nadie quería que eso se terminara.
Setlist – Rata Blanca en Barcelona (04/05/2025)
- Hijos de la tempestad
- Diario de una sombra
- Solo para amarte
- Volviendo a casa
- La canción del guerrero
- La otra cara de la moneda
- Talismán
- Rock es rock!
- El círculo de fuego
- Mujer amante
- Ace of Spades (cover de Motörhead, con Juan Pablo al frente)
- Guerrero del arco iris
- Rock and Roll Hotel
- Aún estás en mis sueños
- La leyenda del hada y el mago
PH Mariana Gomez Torres IG @mgzmagculturavisual , IG @MgzLab
Para Escuchar

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