
Lady Gaga regresa con ‘MAYHEM’, un álbum que no busca encajar, sino explotar desde adentro. Entre el industrial, el pop distorsionado y letras que oscilan entre la ironía y la desesperación, la artista abraza el colapso y lo convierte en espectáculo. Aquí no hay redención ni hits fáciles, solo un viaje al filo del desastre. ¿Genialidad o artificio? Esa es la verdadera pregunta.
¿Un álbum sobre el caos o una jugada más dentro de su metamorfosis comercial?
Si alguna vez pensaste que el pop debía ser un lugar seguro, Lady Gaga llega para hacerlo estallar en mil pedazos. ‘MAYHEM’ no busca armonía ni complacencia: es un disco que encarna el colapso y lo convierte en estética.
Desde el primer minuto, es evidente que este álbum no está diseñado para el algoritmo. No hay ganchos pegajosos ni estribillos fáciles, solo una espiral de sonidos industriales, sintetizadores distorsionados y una producción que recuerda tanto a Nine Inch Nails como a la era más agresiva de Gesaffelstein. Si ‘Chromatica’ fue un intento de resucitar el pop bailable, ‘MAYHEM’ lo asesina y deja su cadáver sobre la pista.
Lady Gaga se vuelve la villana de su propio relato
El álbum abre con ‘Disease’, una declaración de intenciones: «I can smell your disease, I can heal you.» No hay dulzura en esa frase, solo una promesa envuelta en amenaza. La producción es claustrofóbica, con bases mecánicas y un beat que golpea como un martillo neumático.
Le sigue ‘Abracadabra’, donde Gaga se sumerge en la imaginería del ocultismo con un ritmo que es puro vértigo. Si ‘Chromatica’ nos vendió la pista de baile como un refugio, aquí la transforma en un ritual oscuro donde el beat se siente más como una emboscada que como una liberación.
En ‘Perfect Celebrity’, la ironía es un arma afilada. «I’m made of plastic like a human doll», canta con la frialdad de quien ha entendido que el entretenimiento no es más que una carnicería donde las estrellas son los primeros en ser devorados.
Sonidos como arma y desesperación como discurso
A medida que avanza el disco, la energía no decae, pero se retuerce sobre sí misma. ‘Vanish Into You’ convierte la desesperación en un delirio eufórico, mientras que ‘Killah’, con producción de Gesaffelstein, lleva la violencia sonora a su punto más extremo. Aquí, la agresividad no es solo un concepto, sino una experiencia física.
El homenaje a Rick Genest llega con ‘Zombieboy’, una reanimación del sonido más sucio de los primeros días de Gaga, donde las influencias del electroclash y el industrial suenan como el eco de una fiesta de la que nadie salió ileso.
El final: sin redención, solo ruinas
Los últimos cortes no ofrecen respiro. ‘LoveDrug’ juega con la negación del dolor como una forma de supervivencia. ‘Blade of Grass’ suena como si alguien susurrara desde el borde del abismo, mientras que ‘Die With A Smile’, una improbable colaboración con Bruno Mars, termina el álbum sin ningún mensaje de redención. La belleza solo existe en lo inevitable.
Conclusión: MAYHEM no intenta ser entendido, solo sobrevivido
En un mundo donde la música pop está diseñada para ser digerida en segundos, ‘MAYHEM’ exige ser confrontado. Lady Gaga entrega un álbum arriesgado, hostil y sin concesiones, que desafía la noción misma de lo que significa hacer pop en 2025.
No es un disco para todos. Pero si alguna vez imaginaste el sonido del colapso, probablemente suene algo así.
Análisis lista de reproduccion
‘Disease’
Lady Gaga abre fuego con una declaración impactante: “Puedo percibir tu enfermedad, puedo salvarte”. Pero no esperes consuelo en esta promesa; el tema se sumerge en lo oscuro, con un puente de tintes góticos que funciona como único respiro en la densidad del track. Según la artista, la canción enfrenta el miedo y la sombra interna, pero lo hace sin suavidades, sin concesiones.
‘Abracadabra’
El verdadero epicentro de la locura no lo detonó Disease ni el hit masivo Die With A Smile. Fue este delirio sonoro el que desató la histeria. Gaga regresa a su faceta más excéntrica con un tema hipnótico, teatral y frenético, donde ruega por una salvación imposible en el “juego de la vida”. ¿Oración o pacto con el diablo?
‘Garden Of Eden’
Aquí, Lady Gaga no es la víctima, es la villana. La serpiente en el Jardín del Edén, la voz que tienta con la “manzana envenenada”. El track se mueve entre lo nostálgico y lo provocador, con un sonido que evoca los 2000 y guiños directos a The Fame. Una de esas canciones que solo ella podría haber creado.
‘Perfect Celebrity’
“Soy de plástico, como una muñeca humana.” La ironía es un arma afilada en esta disección de la cultura de la fama. Hollywood es un espectro vacío, el amor del público un veneno que lentamente consume. Y por si el golpe no fuera lo suficientemente certero, Gaga cierra con una referencia a Diana de Gales. Mira cómo cae la princesa.
‘Vanish Into You’
Un beat frenético, una historia desesperada. Aunque la letra es casi apocalíptica, Gaga suena extrañamente luminosa, abrazando la catástrofe como si fuera una última danza antes del final. Entre versos melancólicos y un estribillo adictivo, esta canción te sumerge en un torbellino emocional.
‘Killah’ (con Gesaffelstein)
La obsesión con la muerte sigue marcando el álbum. Gaga asume el papel de depredadora, acechando a su próxima víctima con un ritmo calculado y letal. Producida por Gesaffelstein, la canción se desliza con un groove que recuerda a Michael Jackson y Prince en sus momentos más oscuros. Pero el verdadero giro llega en el último minuto, con un acelerón que explota en una catarsis brutal.
‘Zombieboy’
Gaga retrocede en el tiempo, pero sin perder frescura. Este tributo a Rick Genest, el icónico Zombie Boy, se sumerge en ritmos bailables con toques de soul y jazz. Una resurrección sónica donde el espíritu fiestero de 2008 se mezcla con la melancolía de la pérdida.
‘LoveDrug’
La evasión como única salida. “No quiero sentir, no quiero llorar, así que bailaré hasta que todo pase.” Lady Gaga transforma el desamor en un acto de supervivencia, con un track donde la pista de baile es un refugio, pero también una prisión.
‘How Bad Do U Want Me’
Si alguien esperaba un himno pop sin pretensiones, aquí lo tiene. Con claras influencias del 1989 de Taylor Swift, este tema brilla con un estribillo pegajoso y una producción impecable. Es pop en su máxima expresión, pero con la irreverencia suficiente para que siga sonando a Gaga.
‘Don’t Call Tonight’
Una introducción que roza la nostalgia de Alejandro, pero rápidamente se convierte en una pista lista para la discoteca. Gaga lanza una advertencia: “No me llames esta noche”, mientras el beat crece y su voz se desgarra en el clímax.
‘Shadow Of A Man’
Si Michael Jackson pudiera revivir en un track, sonaría algo así. Gaga implora: “No quiero estar en la oscuridad esta noche”, en un estribillo que combina el pop clásico con un halo de grandeza casi cinematográfica.
‘The Beast’
Bajamos las revoluciones. Gaga abraza su lado más sensual y perverso en un track que ralentiza la intensidad del álbum. La bestia está dentro de todos, pero ¿quién se atreve a liberarla?
‘Blade Of Grass’
La catarsis final. Lo que comenzó como un caos sonoro, ahora se convierte en un susurro vulnerable. Gaga canta sobre amor entre espinas, sobre la fragilidad de las relaciones en tiempos turbulentos. Un respiro antes de la última gran explosión.
‘Die With A Smile’ (con Bruno Mars)
El colofón perfecto para el álbum. Lo que parecía un hit ligero ahora se escucha con otro peso, con otra resignificación. En un mundo que se desmorona, Gaga y Bruno Mars nos invitan a encontrar belleza en el desastre. ¿Una conclusión optimista? No tanto. Es más bien una última carcajada antes de la caída final.


xoxo M
Lady Gaga en Barcelona – The MAYHEM Ball
La artista regresa al Palau Sant Jordi con tres fechas imperdibles: 28, 29 y 31 de octubre de 2025. Una experiencia teatral, intensa y visualmente impactante. Entradas en Livenation.es y Ticketmaster.
No es un concierto. Es un ritual pop. Barcelona, prepárate.