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La fiebre por vender catálogos musicales no se detiene y esta vez es el turno de Red Hot Chili Peppers. La banda californiana está en conversaciones para desprenderse de los derechos de sus masters por 350 millones de dólares. Si el acuerdo se concreta, sumado a los 140 millones que ya embolsaron en 2021 por los derechos de composición y publicación, habrán asegurado un total de 500 millones de dólares por su legado musical.
Entre los éxitos que cambiarían de dueño están ‘Californication’, ‘Under the Bridge’, ‘Snow (Hey Oh)’, ‘Otherside’, ‘Give It Away’ y ‘Can’t Stop’. Billboard señala que Warner Music Group podría ser el comprador, aunque aún no hay confirmación oficial.
El negocio detrás de la música
Actualmente, el catálogo de Red Hot Chili Peppers genera alrededor de 26 millones de dólares anuales. Respecto a sus primeros cuatro álbumes, lanzados bajo EMI, estos generan aproximadamente un millón al año, aunque no está claro si forman parte de la transacción. Lo cierto es que la banda está lista para maximizar el valor de su propiedad intelectual.
Con 13 álbumes de estudio en su haber, desde su debut en 1984 hasta Unlimited Love y Return of the Dream Canteen (ambos de 2022), la gran incógnita es si el acuerdo incluirá solo la música o también los derechos de mercadeo, nombre e imagen
La tendencia de vender catálogos
Red Hot Chili Peppers se suma a una lista creciente de artistas que han capitalizado su legado. Queen vendió su catálogo a Sony por 1.27 mil millones de dólares en 2024, Pink Floyd cerró un trato con la misma compañía por 400 millones, y Kiss vendió su catálogo y marca a Pophouse Entertainment Group.
Incluso en el mundo indie, Kevin Parker de Tame Impala también vendió su catálogo pasado y futuro a Sony por una cifra no revelada.
¿Decisión financiera o pérdida del espíritu del rock?
Lo que antes parecía impensable para bandas que representaban la esencia del rock ahora es un movimiento casi estratégico en la industria musical. Los catálogos se han convertido en activos de inversión tan sólidos como cualquier otro en Wall Street.
Así que la pregunta queda en el aire: ¿es una traición a la esencia del rock o simplemente una jugada financiera inteligente? Lo único claro es que Red Hot Chili Peppers ya tiene su cheque asegurado, mientras que su música seguirá sonando, sin importar quién sea el dueño real de sus derechos.
Mariana XoXO
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