
Desde el corazón del Poble Espanyol, estuvimos presentes en la emotiva despedida de Stay Homas, una serie de conciertos que han dejado huella en L’Hivernacle. Hoy vivimos su último show, un adiós que se sintió más como una celebración que como una despedida, con la música fluyendo con la naturalidad y el carisma que los ha definido desde el inicio. Las entradas para las dos presentaciones nocturnas volaron con meses de antelación, lo que llevó a la banda a sumar un tercer concierto en horario matinal, una decisión más que acertada. En este último pase, pudimos ver un público diverso, con muchas familias, jóvenes y hasta niños pequeños disfrutando del espectáculo, algo que no siempre es posible en los conciertos nocturnos. Un cierre perfecto antes del parón indefinido que anunciaron y que, sin duda, dejó a todos con ganas de más.
La elección del Poble Espanyol como escenario no fue casual. El espacio aportó un aire íntimo y envolvente, con una acústica que realzó cada detalle musical, aunque algunos juegos de luces (propio de tener que iluminar un escenario con luz natural) restaron visibilidad en momentos clave. Aun así, la energía no decayó ni un segundo. El trío desplegó un repertorio que combinó nostalgia y frescura, desde los temas que los catapultaron durante el confinamiento hasta sus composiciones más recientes. “Let It Out” y “Gotta Be Patient” fueron recibidas como himnos, mientras que las colaboraciones y guiños a la rumba catalana encendieron el ambiente.
El sonido fue impecable, cada acorde flotó en el aire con una calidez envolvente, y los arreglos en vivo potenciaron la esencia de cada tema con una ejecución precisa que dejó sin aliento a los asistentes. La química entre Stay Homas y su público es innegable. Cada mirada, cada risa y cada interacción hicieron sentir a los asistentes parte de algo más grande. Hubo agradecimientos, anécdotas y esa sensación de comunidad que los caracteriza.

Con su carisma habitual, Guillem se movió por el escenario con una energía contagiosa. Su voz, potente y con matices únicos, dio vida a cada tema con una expresividad que se sintió en cada rincón de la sala. Su presencia fue magnética, jugando entre la intensidad vocal y la soltura instrumental que caracteriza a Stay Homas.
Rai fue el pilar rítmico de la banda, manejando el groove con precisión quirúrgica. Su guitarra le dio cuerpo a cada canción, asegurando que incluso los temas más relajados mantuvieran una base sólida. Vocalmente, demostró por qué su voz es esencial en la armonía del grupo, equilibrando el registro de Guillem y Klaus con una calidez que envolvió al público. Su ida y vuelta por la tarima fue natural, con sonrisas y gestos que mostraban lo mucho que disfrutaba el momento.
Klaus , el multiinstrumentista de la banda brilló en cada faceta. Llevó el timing del show con precisión y dinamismo y mantuvo a todos en movimiento. Pero su verdadero momento llegó con la trompeta, cuando los metales resonaron con una intensidad que puso la piel de gallina. Vocalmente, también tuvo su espacio para brillar, sumándose a las armonías y dejando claro que cada miembro de Stay Homas es una pieza indispensable de este engranaje sonoro.


No todas las despedidas son tristes, y Stay Homas lo dejó claro con esta celebración llena de música, nostalgia y pura conexión con su público. Puede que el adiós sea temporal, pero la huella que dejan es permanente. Cuando decidan volver, Barcelona los recibirá con los brazos abiertos.
Mariana XoXo
Reseña del show
Sonido
Sonido impecable, cada acorde flotó en el aire con una calidez envolvente. Los arreglos en vivo potenciaron la esencia de cada tema, con una ejecución precisa que dejó sin aliento a los asistentes.
Sala
L’Hivernacle del Poble Espanyol fue el marco perfecto para una despedida cargada de emociones. La acústica ayudó a que la voz y los instrumentos fluyeran con claridad, aunque algunos juegos de luces a ratos restaron visibilidad en ciertos momentos clave.
Lista de temas
Un recorrido nostálgico y vibrante por su repertorio, desde los temas que los catapultaron en la pandemia hasta sus composiciones más recientes. “Let It Out” y “Gotta Be Patient” fueron recibidas como himnos, mientras que las colaboraciones y guiños a la rumba catalana encendieron el ambiente.
Conexión con el público
La química entre Stay Homas y su público es innegable. Cada mirada, cada risa y cada interacción hicieron sentir a los asistentes parte de algo más grande. Hubo agradecimientos, anécdotas y esa sensación de comunidad que los caracteriza.
Energía general
Un cierre de etapa por todo lo alto. Desde los primeros acordes hasta los bises, la emoción se palpaba en el aire. No hubo un solo momento de desconexión; se sintió como una gran celebración compartida.
Conclusión
Stay Homas dice “hasta luego” con un show que recordó por qué su música se convirtió en banda sonora de tantos momentos. Si este es el final, lo hicieron en el mejor de los escenarios. Y si es solo una pausa, cuando vuelvan, las entradas volverán a volar.
Fotografías: Mariana Gómez T IG @MgzMagCulturaVisual y IG @mgzlab
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