
Parece mentira que sean las estrellas, desde Hollywood, las que nos alerten del doble discurso de las marcas en cuanto a diversidad.
“Muchos diseñadores han dicho que no me visten porque estoy gorda. Literalmente, estoy demasiado gorda. Si una talla 38/40 es de demasiado gorda, no lo entiendo… entonces no quiero llevar sus malditos vestidos. Porque lo que están infiriendo es que todas las mujeres que tienen esa talla (o incluso mayores) no son suficientemente bellas como para usar sus vestidos. Así que, no quiero ponerme sus putos vestidos”. Así se desahogaba, vídeo de Instagram mediante, la cantante Bebe Rexha hace un par de semanas. Al parecer, había pedido prestada ropa a varios diseñadores -una transacción de lo más habitual en la industria del espectáculo durante la temporada de alfombras rojas- para ir a la gala de los Grammys el próximo 10 de febrero. En resumen, todos le habían dicho que no daba la talla.
Es sintomático que haya que tenido que llegar Hollywood (Bebe Rexha y Megan Mullally son solo la punta del iceberg. Habría que añadir los casos de Gabrielle Brooks, Dascha Polanco, Christina Hendricks…) a sacarle los colores a una industria que se llena la boca hablando de diversidad -vean sus campañas, vean sus desfiles. Porque, pensaran como yo, no es normal que alguien de una talla 40 no encuentre, con relativa facilidad, algo que le siente bien. O que, si en una tienda de Buenos Aires pedís un talle 42, sea preciso esperar a que la empleada traiga la prenda del deposito, porque en el expositor solo se exhibe hasta el talle M. Por no hablar de, las que usan más de talle 44, porque de ellas será el reino de las tiendas de talles grandes.
Apoyar la diversidad no consiste en abrir una segunda marca de talles grandes para dar cabida a un porcentaje, bastante amplio y jugoso, por cierto, de la población. Apoyar la diversidad es que, en un mismo espacio convivan, sin escandalizarse, prendas desde la XXS a la XXL. En la cosmética, sin ir más lejos, hace ya tiempo que, hasta la marca más pequeña, ofrece un catálogo de más de dos decenas de tonos en las bases de maquillaje. Ni guardan las menos usadas en el fondo del almacén ni ponen a la venta las más oscuras en una tienda aparte. En el mismo mercado hay cabida para todas.
Lamentablemente en Argentina las «grandes» marcas hacen oídos sordos, encontrar un pantalón ( por citar la tarea más difícil) es un sin cesar de visitas a distintas tiendas sin éxito.
Porque la diversidad se construye en todos los ámbitos.
Porque todos los cuerpos son bonitos!, y nos aceptamos cómo somos!
Descubre más desde MgzMag Cultura Visual
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.